Sony ha confirmado un aumento inmediato en el precio de su consola PlayStation 5. Según la compañía, esta decisión responde a la alta inflación global y a las condiciones desfavorables de las divisas que afectan su negocio. La medida afectará a diversas regiones como Europa, América Latina, Asia-Pacífico, Medio Oriente y África, dejando fuera únicamente a Estados Unidos, donde la competencia con Xbox es especialmente fuerte.
La decisión ha sorprendido a muchos, ya que la consola sigue siendo difícil de conseguir en muchos mercados. A más de un año y medio de su lanzamiento, continúa siendo noticia cada vez que hay stock disponible en tiendas. La escasez se atribuye a problemas en la cadena de suministros y a la crisis global de semiconductores que ha afectado a toda la industria tecnológica.
Desde Sony señalaron que, aunque la subida de precio era inevitable dadas las condiciones económicas actuales, su objetivo sigue siendo mejorar el abastecimiento de la PS5 para que más jugadores puedan acceder a la experiencia que ofrece la consola. “Nuestra principal prioridad sigue siendo mejorar la situación del suministro de PS5 para que el mayor número posible de jugadores pueda experimentar todo lo que ofrece PS5 y lo que está por venir”, indicó la empresa.
El panorama para quienes buscan una consola de nueva generación no ha sido fácil. A la escasez de unidades se suman otros factores como la venta de paquetes que incluyen accesorios o juegos, muchas veces a precios considerablemente más altos. Además, los títulos de gran presupuesto han aumentado su valor de forma generalizada, llegando a costar hasta 80 euros.
Otro aspecto que ha complicado el acceso a la consola ha sido la reventa, con especuladores adquiriendo consolas al por mayor para venderlas a precios inflados. Esta práctica se ha vuelto común desde el inicio de la pandemia y ha contribuido a la frustración de los consumidores.
En cuanto a las cifras oficiales, Sony ha logrado vender 22,3 millones de unidades de PS5 desde su lanzamiento. Aunque parece un número elevado, queda por debajo de los 30 millones de unidades que la PlayStation 4 había alcanzado en un período similar. Este contraste refleja claramente las dificultades que ha enfrentado la compañía para satisfacer la demanda del mercado.
Con la reciente alza, muchos se preguntan cuándo llegará la esperada baja de precio. Si bien la lógica indica que primero debe estabilizarse la oferta de consolas, las estimaciones no son alentadoras. Históricamente, Sony ha tardado cerca de tres años en reducir el precio de sus consolas. Dado que la PS5 ya cumplió dos años en el mercado, pensar en una rebaja para el próximo año podría ser demasiado optimista.
Por ahora, la estrategia de Sony se centra en equilibrar los costos de producción y distribución, al mismo tiempo que busca mejorar la disponibilidad del producto. La compañía apuesta a que la calidad de la experiencia de juego en PS5 justifique la inversión adicional, incluso en este complejo contexto económico. Mientras tanto, los consumidores deberán decidir si están dispuestos a pagar más por la consola de nueva generación o esperar a tiempos más accesibles.
